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martes, 21 de abril de 2009

La Historiadora, de Elizabeth Kostova

LA HISTORIADORA
(The Historian)

Elizabeth Kostova
Editorial Umbriel
Colección Umbriel Narrativa
Traducción de Eduardo G. Murillo
Primera edición: año 2005
Género: Terror
ISBN 10: 84-95618-87-7
ISBN 13: 9788495618870
699 Páginas



La historiadora (título original en inglés: The Historian) es la primera novela escrita por Elizabeth Kostova, publicada en inglés en junio de 2005 por Little, Brown and Company y en español en septiembre del mismo año por Umbriel Editores.
 
La novela relata una investigación de los últimos cinco siglos sobre Vlad Tepes, El Empalador, también conocido como Drácula, a través de los viajes entre un padre y su hija, en busca del paradero de su tumba. Al parecer sobre todo aquel que se atreva a ir tras el príncipe de los no muertos, pesa una maldición peor que la muerte.


Todo comienza con la aparición de un misterioso libro durante la época de estudiante de Paul, el cual, recibe de forma misteriosa un libro con todas las páginas en blanco, y con una xilografía en la página central del símbolo de la Orden del Dragón, institución fundada por el padre de Vlad Tepes. Ese libro, es un nexo común entre el profesor Rossi (director de la tesis de Paul), el señor Turgut (un erudito turco que ayuda a Paul y Helen durante la búsqueda de Rossi en Estambul) y el propio Paul.
Cuando Rossi y Paul descubren que son poseedores del libro, el profesor le cuenta a Paul todo lo que ha investigado sobre la figura de Vlad Tepes, y anima al chico a proseguir la investigación que él había abandonado, para lo cual, le hace entrega de unas cartas en las que Rossi, relata los descubrimientos que hace sobre la vida de Drácula. Justo después de que Rossi entregue las cartas a Paul, el profesor desaparece misteriosamente.
Paralelamente a esta historia, de desarrolla otra narrada por la hija de Paul, que sale en busca de su padre tras la desaparición de éste.

Una de las líneas argumentales de la obra es la referente a la relación entre Paul y su hija. Paul fue incapaz de contarle la verdad sobre la obsesión que le había tomado toda la vida. Ella descubrió entre sus papeles unas cartas dentro de un libro, le preguntó a su padre y este le contó sobre la desaparición del director de su tesis, el profesor Rossi; en ese momento le empieza a hacer participe de la búsqueda. Paul visitó bibliotecas en Estambul, monasterios en Rumania y aldeas en Bulgaria persiguiendo el rastro de su mentor. En esa aventura él no estaba solo: le acompaña en todo momento una misteriosa joven que afirma ser la hija del desaparecido Rossi.
Cuando más se acercaba a su maestro, también se aproximaba a un misterio que aterrorizó a los sultanes otomanos y que aún hace temblar a los campesinos de la Europa Balcánica. Un misterio que ha dejado historias sangrientas en los viejos manuscritos, libros y canciones.

Los críticos describen a La historiadora como una combinación de múltiples géneros, tales como novela gótica, de aventuras, detectivesca, libro de viajes, novela histórica postmoderna, épica epistolar y thriller histórico.
Drácula, de Bram Stoker, fue uno de los principales modelos de la novela de Kostova.Por su parte, Kostova declara que quería escribir una novela con valor literario donde los protagonistas fueran eruditos y que resultara semejante a las novelas de aventuras del siglo XIX. Uno de sus referentes fue la novela victoriana de 1968 La piedra lunar, de Wilkie Collins, obra relatada por varios narradores y que presenta varios giros argumentales durante su desarrollo. Sin embargo, el principal ascendiente literario de la novela de Kostova es Drácula de Bram Stoker. Los protagonistas de ambas obras se sienten fascinados y, al mismo tiempo, repelidos por la figura de Drácula y la acción se cuenta a través de una serie de cartas y memorias. La historiadora incluye también varias referencias intertextuales a la creación de Stoker; por ejemplo, Vlad Tepes posee un ejemplar de la novela. Sin embargo, Kostova le da su propio toque al personaje de Drácula; mientras el vampiro de Stoker es el foco de su novela, el de Kostova se mantiene en los márgenes. Más aún, la fusión del Drácula ficticio con el Vlad histórico le da al personaje “una arista siniestra y aterradora”, de acuerdo al académico Stine Fletcher.
A pesar de sus raíces góticas, La historiadora no está llena de violencia ni es una novela de terror. El objetivo de Kostova fue escribir una escalofriante historia de fantasmas victoriana, meta que logra gracias a su estilo realista. Marlene Arpe de The Toronto Star alaba la imaginería de Kostova en particular, citando el siguiente pasaje:

Se alzaba de sus páginas un olor que no era sólo el delicado perfume del papel envejecido y el pergamino agrietado. Se trataba de un hedor a putrefacción, un olor terrible y repugnante, a carne envejecida o corrupta. Nunca lo había percibido antes, y me incliné más, oliendo, incrédulo, y después cerré el libro. Volví a abrirlo al cabo de un momento, y nuevos hedores nauseabundos surgieron de sus páginas. El pequeño volumen parecía vivo en mis manos, aunque olía a muerte.

Como Peter Bebergal explica en The Boston Globe, “en vez de transformar la sangre en un fetiche, Kostova lo hace con los documentos (manuscritos, mapas, cartas) y los lugares que los albergan (librerías, archivos y monasterios). Seth Taylor, otro de sus críticos, dice: “el verdadero horror se basa en la posibilidad de lo que es Drácula en realidad”. Por ejemplo, la narradora de la novela comenta:

Lo que más me atormentó aquel día, cuando cerré el cuaderno de notas y me puse el abrigo para ir a casa, no fue la imagen siniestra de Drácula o la descripción del empalamiento, sino el hecho de que estas cosas habían ocurrido de verdad, por lo visto. Si prestaba la suficiente atención, pensé, escucharía los chillidos de los muchachos, de la «familia numerosa» que murió junta. Pese a toda la atención que había dedicado a mi educación en historia, mi padre no me había contado esto: los momentos terribles de la historia eran reales. Ahora comprendo, muchos años más tarde, que no podía decírmelo. Sólo la propia historia puede convencerte de una verdad de este tipo. Y en cuanto has visto esa verdad, cuando la has visto realmente ya no puedes apartar la vista.

El tono y la estructura de la novela se ubican dentro la tradición de valor literario que Kostova quería alcanzar. Por ejemplo, las líneas de tiempo intercaladas sugieren la Posesión de A. S. Byatt y la mezcla de lo académico con lo oculto apunta a El club Dumas de Arturo Pérez-Reverte. Aunque muchos críticos comparan La historiadora con el thriller histórico El código Da Vinci de Dan Brown, Kostova declara que su libro “es parte de una tradición donde el trabajo literario y la experimentación en la forma son tan importantes como la acción... la único que tienen en común es la idea de gente en busca de algo en la historia. Todavía me sorprende cuando la gente hace esta comparación; estoy muy agradecida con que mi editor nunca la promoviera”. Más aún, el único personaje histórico real en su novela es Vlad Tepes y la autora indica que los nombres de algunos lugares están cambiados porque “temía que algunos lectores pudieran confundir la fantasía con la realidad, como lo hicieron con las novelas de Brown”.

Los críticos alaban las suntuosas descripciones de los escenarios y las fascinantes ciudades y países europeos en los que ocurre la historia: Ámsterdam, Eslovenia, Rumanía, Bulgaria, Turquía, Francia, Suiza, Italia y Oxford.
Para Paul al final de la búsqueda le significó la muerte, por que cada paso que daba estaba seguro que una fuerza maligna lo esperaba, y se guardaban sus dudas al respecto. No solo Paúl investiga lo que le ha pasado a Vlad Tepes y a su profesor, termina dando con verdades muy personales de su querido mentor. Elizabeth se va enterando de la verdadera historia de su padre y la desaparición de su madre.
Elizabeth Kostova dedicó diez años de investigación en el desarrollo de esta novela y recibió 1.6 millones de euros como adelanto por el manuscrito, además de vender los derechos de traducción a 28 idiomas y la adaptación al cine por Sony.Fue un éxito de ventas desde su primer día de ventas, cuando superó a El Código da Vinci de Dan Brown y alcanzó el número uno de la lista de ventas. Su autora recibió el premio Hopwood Award de la Universidad de Míchigan en 2003 por la novela en desarrollo y posteriormente el Book Sense Book of the Year en el año 2006 en la por la Mejor Ficción para Adultos y el Quill Award en la categoría Debut Author of the Year; en español, recibió el premio otorgado por la revista Que Leer como mejor libro extrajero en el 2005.
La novela narra en tres épocas diferentes la búsqueda de la tumba de Vlad Tepes, describiendo al mismo tiempo su vida como figura histórica y el mito de Drácula construido a su alrededor.



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