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sábado, 16 de noviembre de 2002

El Papa Luna, de Jesus Maeso de la Torre

Benedicto XIII (Pedro M. de Luna, 1328-1422) ha pasado a la historia como el antipapa por antonomasia y, sin embargo, toda su vida llevó a cabo una denodada lucha contra los intereses políticos de las grandes potencias, con el fin de hacer prevalecer su legitimidad. Mediante una trama novelesca arrebatadora y de ritmo trepidante, Jesús Maeso nos presenta algunas de las facetas menos conocidas de este insondable personaje y nos desvela su lado más humano. Todo el mundo ha oído hablar de Benedicto XIII (1328-1422), que ha pasado a la historia como el Papa Luna, el antipapa por antonomasia y como uno de los protagonistas principales en el Gran Cisma de Occidente, que llevó a una situación de doble e incluso triple autoridad papal. A menudo ha sido presentado como un hombre ambicioso y sin escrúpulos, cuyo único objetivo era acumular poder, pero en realidad no fue otra cosa que un hombre enfrentado a los poderes terrenales de su tiempo, que emprendió una heroica lucha por reivindicar lo que consideraba sus derechos.

Novela histórica que retrata ese intenso periodo de la Edad Media europea casi al borde de iniciarse el Renacimiento durante el cual se desarrolló el llamado cisma de la iglesia occidental durante el cual llegó a haber incluso 3 “sucesores de Pedro”, cada uno apoyado por varias cabezas coronadas.
La novela trata de introducirnos una visión de aquellos turbulentos tiempos a través de la persona del mismo papa Luna… emblemático personaje cuyas convicciones llevan a ponerse las sandalias del pescador y a acabar sus días abandonado de todos sus aliados y amigos en el famoso castillo-fortaleza de Peñíscola en su España natal, ya tratado como anti-papa y hereje o como hombre santo según el interés político de los poderosos…

Para no tratarse de un libro estrictamente histórico y estar novelado (por lo cual hay varias licencias del autor que se permite en ocasiones adivinar los pensamientos de los diferentes personajes) creo que la facilidad de su lectura, lo interesante del periodo relatado y el buen hacer de la pesquisa historiográfica hacen que este libro sea merecedor de un rato de nuestro tiempo para que conozcamos algo mejor aquel (para mi gusto) interesantísimo periodo en que Europa salía de la “era oscura” y se encaminaba a paso firme hacia el Renacimiento.

jueves, 16 de mayo de 2002

Loca de Amor, de Catherine Hermary-Vieille

"Vámonos muerte mía a otra parte

para hablar de locura.

Puesto que no tenemos ya

lugar en la ronda.

Sin nosotros florece el cielo, sin nosotros

ruge el torrente.

Aquí estamos para siempre

ajenos a este mundo.

Porque Granada nos olvida.”

Aragón

 

 
Resumen de lo que sentí y aprendí al leer una historia más sobre la llamada Juana “la loca” (alguna ya reseñada aquí magistralmente), que fuera archiduquesa de los borgoñones, y reina de Castilla y Aragón sólo de nombre, pues nunca le interesaron lo más mínimo ni el poder ni sus reinos. En este caso diría que es una historia novelada o una novela histórica ya que está muy bien documentada pero en ningún caso es un ensayo ni una biografía como tal.


Contada por un narrador anónimo e impersonal, logra así la omnipresencia, pues lo mismo presta oídos de primera mano a los recónditos pensamientos de Juana I de Trastámara que a las intrigas de Fernando II, a las preocupaciones de la que fuera la más grande reina de España, Isabel I, a los devaneos del pérfido a la vez que hermoso Felipe I de Habsburgo, a las traiciones de Martín de Moxica, a los cotilleos de las damas y caballeros de la corte, a las dudas de Carlos I de España, a la soberbia despechada de Cristóbal Colón o, entre otros, a las conspiraciones de los carceleros que la custodiaban.

Sin embargo, si bien nos relata con maestría y fundamento los hechos más importantes de la época y nos muestra con precioso detalle a los personajes secundarios, se centra en Juana como el personaje principal y fundamental de la novela. La autora nos presenta una visión íntima y muy personal sobre una vida desaprovechada y triste. La vida de alguien que tuvo al alcance de sus manos el reino más grande jamás conocido y lo despreció e ignoró como se desdeña una mota de polvo; es más, deja entrever que a ella, más que cualquier otra cosa, le sorprendía tener acceso y derecho a tales títulos que creía que sólo su madre merecía y que nunca le corresponderían a ella. La existencia de quien nada material deseó para sí y que fue engañada precisamente por aquellos a quienes pretendía entregar el poder y la gloria que le correspondían por derecho de nacimiento. La supervivencia de la que pasó de vivir en la opulencia de una ostentosa corte a malvivir encerrada, maltratada, olvidada por los demás y abandonada de sí misma.
 
Según pasamos las páginas de este conmovedor relato vamos descubriendo a una mujer que si no estuvo loca por demencia innata o hereditaria sí lo estuvo por amor. Su desmedida necesidad de afecto combinada con el desmesurado orgullo que le inculcó su madre le impidieron conciliar sus pasiones con sus desilusiones. Siempre deseó ser amada, primero por su padre al que adoraba infantilmente y por su madre a quien admiraba profundamente, y más tarde por su esposo y –nos cuenta la autora- aún eso estuvo en su mano si sólo se hubiera mostrado esquiva y difícil de conquistar ante el mujeriego que le tocó por marido pero, al entregarse sumisa y desesperadamente a él, paradójicamente perdió su posibilidad de recibir el tan ansiado amor.
 
Nos pincela a una Isabel tan enamorada de su marido como afligida y resignada por sus infidelidades, siempre preocupada por el bienestar de su pueblo, hábil y diestra en los manejos políticos que, adelantada a su época, no se deja intimidar ni manejar por ningún hombre. A un Fernando más débil y más sensible emocionalmente que su mujer, enamorado de ella –pese a su mojigatería- por la admiración que le despiertan su inteligencia y valía, intrigante, manipulador y engañoso, capaz de cualquier infamia por conseguir sus propósitos. A un Felipe atolondrado para unas cosas y astuto para otras, ávido de poder y entregado a perseguir los placeres de la vida. A una Juana inteligente, retraída, emocional, vulnerable y pasional, que antepone el amor que siente por Felipe incluso al que debería por natura sentir por sus hijos (a los que apenas conoce), y que sufre porque es incapaz de conjurar a su orgullo para lograr disimular sus sentimientos ni de conseguir que la amen como ella ama. Y, en definitiva, a unos personajes típicos de ese período histórico, abandonados a intrigas y confabulaciones para mejor lidiar su suerte.
 

 
La autora  es una novelista y biógrafa francesa, nacida en París en 1948, y que cuenta con una amplia bibliografía en su haber. Se trata de una escritora sensible que evita la afectación y que profundiza en la veracidad histórica a la vez que crea un entramado de ficción que deja al lector literalmente pegado a sus hojas hasta el final.

 

viernes, 10 de mayo de 2002

Momo, de Michael Ende

Momo es una novela escrita por Michael Ende, publicada en 1973 y subtitulada Los caballeros de gris o Los hombres de gris. Trata sobre el concepto del tiempo y cómo es usado por los humanos de sociedades modernas. El título completo en alemán es Momo, o la extraña historia de los ladrones de tiempo y de la niña que devolvió el tiempo a los hombres. Es, sin duda, una maravillosa metáfora de la cruda realidad en la que vivimos.

En las ruinas de un anfiteatro, justo afuera de una ciudad italiana sin nombre, vive una niña llamada Momo, que posee la habilidad extraordinaria de saber escuchar. Escucha de una manera tan especial que es capaz de encontrar las respuestas a los problemas de quien habla con ella, de hacer amistades e inventar juegos muy divertidos, hasta el extremo que en su barrio la frase Vete a ver a Momo se ha convertido en proverbial. Momo tiene amistad con todos y especialmente con el barrendero Beppo y el guía turístico Gigi (también conocido como Gigi Cicerone o Girolamo).
Esta atmósfera placentera acaba con la llegada de los Hombres Grises, unos extraños individuos que representan al Banco de Tiempo y promocionan la idea de ahorrar tiempo entre la población (tiempo que puede ser depositado en el Banco y devuelto al cliente después, con interés). En realidad, hacen que la gente lo olvide todo salvo su obsesión por ahorrar todo el tiempo posible para un hipotético uso posterior. Gradualmente, la siniestra influencia de los Hombres Grises afecta a toda la ciudad: la vida se convierte estéril, se deja de hacer todo lo que se considera perder el tiempo, como el arte, la imaginación o incluso dormir. Los edificios y las ropas están hechos exactamente de la misma forma para todos y el ritmo de vida se torna ajetreados. En realidad, cuanto más tiempo ahorra una persona, menos tiene: los hombres grises lo consumen en forma de cigarros, hechos de pétalos secos de los lirios-horas que representan el tiempo. Sin esos cigarros, los hombres de gris no pueden existir.
Momo, por su especial personalidad, se convierte en un obstáculo para los planes del Banco de Tiempo. Los hombres grises intentan infructuosamente deshacerse de ella. Momo, junto a la tortuga Casiopea (que se comunica con ella gracias a los mensajes luminosos de su caparazón) se enfrentará a la dictadura de los hombres de gris y terminará con ellos. Para ello Momo deberá ir al mismo manantial del tiempo.

La idea principal de Momo puede ser visto como una crítica al consumismo. Muestra el peligro de verse seducido por los intereses ocultos de empresas que cuentan con el suficiente poder como para influir en el estilo de vida de la gente. En el mismo sentido es también una profunda crítica al modelo racional de concebir el tiempo, un modelo economicista que olvida esos pequeños momentos y sensaciones que sin tener valor económico y por tanto puedan parecer superfluas, son realmente importantes en la vida humana que siempre tiene una vertiente espiritual.