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martes, 3 de marzo de 2009

RECORDANDO SHANGHAI

Fantástico programa el de anoche en la 1ª, "Españoles en el Mundo". Le tocó turno a la ciudad china de Shanghai, lugar en el estuvimos cerca de 9 días cuando fuimos a por nuestra Lumei.


Volvimos a recordar que Shanghai es la ciudad del Ying-Yang, de rascacielos imponentes y de barrios anclados en las tradiciones más humildes. Ordas de bicentenarios (porque sí, algunos podrían tener más de 100 años) salen al parque a las 6 de la mañana a hacer tai-chi, bailes tradicionales, digitopuntura, a echar una partida de dominó, a jugar con uin hulla hop, más conocido como ARO, al badminton o a cantar y tocar con el instrumento ese que utilizan ellos que es mitad birimbau de capoeira, mitad violín...
Con tanta actividad , quién va a engordar... Tomemos nota de los chinos y luchemos duro contra el sedentarismo.
Por lo demás y, dejando a un lado hulla hops y tallas L, Shanghai, sorprende: puedes imaginar que estaría todo repleto de monjes budistas, gente en bici (que los hay), jardines multiformes, montañas escarpadas, casitas bajas con biombos (también...).. Pues no! Shanghai es la ciudad eterna, sin fin ni techo. Alta, ancha, larga, SUPERLATIVA: la más poblada de China, la que más rascacielos tiene, dicen, también, que la más cosmopolita, la que tiene el puerto más grande... Es un sitio rápido en la que en un descuido, en un parpadeo, lo que tienes frente a ti, cambia, construyen un nuevo edificio, un restaurante, un centro de masajes... Es un lugar ignoto, en el que cualquier idea previa se da de bruces con la realidad.Poder conocer algo de la mano de alguien que tiene una mirada similar a la tuya (aunque sólo sea porque es del mismo país que tú...) es fantástico. Si, en vez de ser un alguien, son varios "álguienes", la cosa mejora. Es llegar a tiro hecho, es descubrir rincones amables sin tropiezos, gente interesante sin titubeos. Poder contar con siete cicerones patrios, es una maravilla. Siete botones de una chaqueta que tiene alrededor de dos mil... porque esa es la cifra total de españoles que viven allí. Entre todos, parcelamos Shanghai, cada uno, desmenuzó una zona y lo hizo a su manera.

Verónica, nos enseñó el hospital, los cuidados para bebés, las tiendas baratas en las que, encima, se puede regatear. Visitamos con ella su casa, su empresa, conocimos a su hija, Ana, y descubrimos, que esta asturiana, es una loca de las fabes que guarda como oro en paño en su cocina...y sabe dar masajes a su bebé.

Cristina, una socióloga que nunca jamás había soñado con conocer a gentes de tantas partes distintas el mundo, que habla chino, que se desplaza en taxi moto para ir a trabajar, y que se da el lujo de ir todos los días a la peluquería por tan sólo un euro.....y que se divierte como los chinos acudiendo al karaoke y entonando canciones en ese idioma.....

Alfons es estudiante, vive en una residencia y está becado por el gobierno chino, que le paga menos de 200 euros al mes... Así las cosas, aprendemos cómo se vive con ese "parné"... que si mercado chino de los de verdad, con precios de los buenos; que si a hacer deporte al parque, en lugar de al gimnasio; que si vamos en bici que eso es gratis, en lugar de coger taxi...


Germán, empresario sevillano, es un emprendedor incansable, le gusta el riesgo, empezar una y mil veces, siempre con un grado más de dificultad. Después de "patearse" el mundo ha recalado en Shanghai y está entusiasmado con sus contrastes: estrés y masajes baratos; prisas y templos budistas; contaminación y olor a incienso... Wei Li, su novia le ha hecho atravesar medio mundo, quitarse el miedo a que le hablen y le suene a chino. Pronto serán padres. Con él vamos de "nochevieja", un auténtico festival de la pólvora que deja la ciudad envuelta en una nube que huele a Fallas. Comenta que es mejor venir a China con un plan, con un trabajo....porque es difícil abrirse camino en todas partes y más aún en un país con un idioma tan difícil.


Los últimos intervinientes, Ion y Sara, también son enamorados, españoles los dos. Probablemente antes de dejar España, pensaron que eran unos inconscientes, porque llevaban juntos sólo unos pocos meses... Tres años y medio después, parece que el experimento, ha salido más que bien: una taberna vasca en Shanghai, una capacidad excelsa de organizar eventos y... campanas de boda.

Esperaremos impacientes el programa de la próxima semana, lunes a las 23:45, UN POCO TARDE, pero merecerá la pena conocer a otros españoles afincados en cualquier parte de este mundo tan especial e interesante.

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