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viernes, 22 de agosto de 2008

Preparar un viaje a China

China ya es el cuarto país más visitado del mundo, dicen que el año que viene será el tercero, y en unos 10 años el primero, superando a Francia y Spainisdifferent.


Veamos algunas de las preguntas más frecuentes de aquél que pretende un viaje a China.


JET LAG. En China son seis horas más que en España en verano (y siete más en invierno, ya que aquí no se cambia la hora). Con América ya ni te digo, entre 10 y 12 horas de diferencia más o menos.Para combatir el jet lag que da esta diferencia horaria, hay que enterarse de a qué hora se va a llegar a China y actuar en consecuencia. Si se llega a China por la mañana (lo más normal si se llega desde España) hay que intentar dormir mucho en el avión y aguantar como un campeón el primer día de estancia en este país. Aunque se esté muerto por el viaje, no se debe dormir ni una minúscula siesta por la tarde, si no por la noche estamos perdidos, nos levantaremos a las 3 de la madrugada desvelados. Hay que soportar como sea hasta la noche, y dormir entonces como un bendito 10 horas seguidas. Al día siguiente nos levantaremos a una hora matinal normal y se acabó el jet lag.Si se llega de noche, es diferente: hay que intentar aguantar sin dormir el viaje en avión, y así se llega a China agotado y derrotado, se acuesta uno a una hora normal y se despierta también a una hora normal.





DINERO. El yuan, la moneda china, en teoría no se puede comprar fuera de China Hay que traer a China euros, dólares, dólares de Hong Kong, yenes o libras (las cinco monedas que pueden cambiar los bancos chinos) y cambiarlos aquí a yuanes. Las cinco te dan un cambio parecido, ninguna es mucho mejor que las otras, así que recomiendo a los españoles que se traigan lo más sencillo, es decir, euros. Además, el cambio de cabeza es extremadamente fácil: dividiendo un precio en yuanes por 10, más o menos se obtiene el precio en yuanes. Por ejemplo, una comida de 34 yuanes equivale a unos 3,4 euros. De todas formas, atentos a la prensa, que el yuan está muy movidito últimamente.En países vecinos como Camboya, Birmania o Vietnam te aceptan dólares en todas partes, pero en China eso es muy raro que suceda. Sólo dejan pagar con dólares o euros en hoteles de postín o tiendas de esos hoteles. China es barata, cada vez menos pero es barata. Hay montones de hoteles por menos de 10 euros la noche, se puede comer por menos de 2 o 3 euros, los viajes largos en tren salen por unos 20 euros, los trayectos en taxi entre 1 y 2 euros... Además, se regatea en muchos lugares. Lo único que a veces rompe los presupuestos son las mil y una entradas, a veces abusivas, que los chinos cobran por cualquier cosa, desde subir una montaña hasta entrar en un pueblo pintoresco. Pero bueno, yo calcularía que, si uno es espabilao, se pueden gastar menos de 25 euros por persona y día, contando alojamiento, comida, transporte y souvenirs.





VACUNAS. China es el lugar donde nacieron la peste negra, el SARS, la gripe aviar y algún otro bacilo que me dejo, pero no por eso hay que ser aprensivo. Los estándares de higiene aún no son los de Occidente, pero poco a poco se acercan, en las ciudades sobre todo. No hace falta vacunarse de nada para venir a China, ni siquiera si se va a zonas remotas. Lo que sí es recomendable es llevarse algún estomacal, porque es frecuente que el cuerpo de un occidental, en el primer contacto con la comida china sufra de colitis varias.





ELECTRICIDAD. El voltaje de los enchufes en China son 220 V, como en España. Los aparatos chinos son de enchufe de lengüetas planas, a veces dos y otras tres. Muchos hoteles chinos tienen enchufes en los que se pueden conectar cosas con lengüetas redondas como las de los enchufes españoles. De todos modos, si queréis ir preparados comprad en una ferretería un conversor de enchufe redondo a enchufe plano de dos lengüetas.





TÍBET. Para ir al Tíbet se necesita un permiso especial de las autoridades chinas, que tarda unos 10 o 15 días en ser emitido desde que se solicita. No sé si se puede pedir desde el extranjero, pero se puede preguntar. Las grandes agencias de viajes estatales chinas ayudan a hacer los trámites. El mal de altura en el Tíbet no es ninguna tontería, os lo hará pasar mal al principio. Id a una farmacia de Lhasa, poned cara de que os duele la cabeza y que os den la medicina que le dan a todos (bueno, si sois alérgicos a algo, id con cuidado).Y en verano, ojo también al sol tibetano, que a 4.000 metros de altura pega muy fuerte.





VISADOS. El visado de turista es muy fácil de hacer en los consulados de China en el extranjero. En rara ocasión te ponen pegas, son muy amables y en una semana está listo. Sólo una cosa a tener en cuenta: para ir a Hong Kong o Macao no hace falta visado, pero si uno va a China, se da luego un paseo por Hong Kong y luego quiere regresar a China, necesita otro visado (pues Hong Kong es un territorio especial que prácticamente se considera independiente de China). Hace falta otro visado o uno de entrada doble o múltiple. Cuidad también, como a cualquier otro país, que el pasporte tenga hojas libres para poner el visado y que no caduque en menos de seis meses. Una vez en China, ojo con pasaros de la fecha que diga el visado, porque son duros con las multas. Si quisiérais prolongar la estancia, hay que ir a la policía.





DÓNDE EMPEZAR. A menos de que uno llegue en autobús desde Kazajistán, que en este mundo tiene que haber de todo, lo más lógico es empezar el viaje desde Pekín, Shanghai o Hong Kong. Si fuera yo, empezaría el viaje desde Hong Kong. Aparte de que es una ciudad increíble, a su "alrededor" tiene algunos de los lugares más bonitos de China: Yunnan, Guilin, Sichuan, Fujian... Aunque ojo que en verano llueve mucho por allí abajo. Además, Hong Kong es la más cara de las tres, sobre todo el tema hoteles. Por otro lado, si uno empieza el viaje de Hong Kong, el problema del visado de doble entrada del que he hablado antes es menor. Se entra en China desde Hong Kong con el visado de una entrada, y se sale luego para tomar el avión de vuelta, sin más. Ello no quiere decir que Pekín y Shanghai sean menos interesantes. Las dos son curiosas ciudades y tienen muchas cosas en los alrededores para ver. Además, son las que mejores comunicaciones por tren tienen con el resto de las ciudades chinas. Es muy fácil ir de ellas a Xian, por ejemplo.



GUÍAS. La Lonely Planet. Hecha por viajeros, con truquillos recogidos por ellos y que va a lo práctico, contando alguna cosilla curiosa sobre cultura pero sin atosigar. No tiene casi fotos. La Lonely Planet de China es algo más flojilla que la de otros lugares, quizá porque éste es un país muy grande y difícil de abarcar en un solo libro. Pero no por ello deja de ser recomendable.

La Rough Guide también está bien.



IDIOMA. El español, en China, sólo se habla en el Mercado de la Seda de Pekín, y en general sólo en términos comerciales. El inglés se habla muy poco en China, pero está presente en muchos carteles. Muchos jóvenes chapurrean un poco el idioma de Shakespeare y están ansiosos por practicarlo con un extranjero, aunque sea de Teruel. En el peor de los casos, uno de estos jóvenes te puede sacar las castañas del fuego.



PERROS. Los animales domésticos que entran a este santo país son sometidos a una cuarentena al llegar, y se han de quedar en el aeropuerto con la poli, supongo yo que 40 días. En esto las autoridades chinas son inflexibles. A los chinos les dan un poco de miedo los perros grandes. Aviso por si acaso...



MENTALIZACIÓN. Para viajar a China hay que ser consciente de que vamos a un lugar con una cultura diferente, una historia reciente complicada y una sociedad que acaba de salir del subdesarrollo. En consecuencia, hay que ser un poco condescendiente, paciente y otras cosas que terminan en ente. La paciencia es esencial para cosas como:

- Los vendedores que te acosan en lugares turísticos

- Los escupitajos ruidosos

- La gente que te chilla "¡jelooooooo!"

- El hecho de que te quieran cobrar más que a un paisano

- La incomprensión idiomática

- Qué los lugareños te bombardeen a preguntas, y casi siempre las mismas.Con todo esto, paciencia, mucha paciencia.


Espero que todo lo anterior sirva y, como dicen los chinos, que tengáis un camino pacífico.

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