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jueves, 10 de mayo de 2001

La Historia Interminable, de Michael Ende

Bastián es un chico de diez u once años de edad cuya vida no es fácil, ya que ha quedado huérfano de madre y mantiene una relación distante con su padre. Tampoco se relaciona con los chicos de su edad en la escuela, ya que es objeto de burlas y maltratos. Por lo tanto, suele refugiarse en los libros llenos de aventuras, lo que le permite disfrutar de un mundo que le parece más interesante que su vida real. Un día, escapando de un grupo de chicos que lo molestan, Bastián se refugia en una librería, propiedad del Sr. Koreander, donde encuentra un libro titulado "La historia Interminable". Para Bastián, este es el mejor libro de todos, porque él siempre ha querido una historia que nunca termine. Así, el muchacho no puede resistirse a robar el libro y huir con él al desván de su escuela. Allí comienza a leerlo.

En el reino de Fantasia, la Emperatriz Infantil está mortalmente enferma. Y conforme su padecimiento progresa, la imaginación está condenada en sí. Su reino y todos los seres que moran en él son tragados poco a poco por la Nada, literalmente. Por ello, la Emperatriz llama a Atreyu, un joven guerrero de la tribu de los “hombres de hierba” que posee exactamente la clase de coraje, la valentía y la determinación que Bastián quisiera para sí mismo. Su misión es obtener una cura para la Emperatriz, salvando así al reino. Atreyu habrá de viajar de un lugar a otro del reino sin fronteras de Fantasia, encontrándose con muchos y muy diversos de sus habitantes; entre ellos a Fújur, un dragón blanco de la suerte. Eventualmente, descubrirá que él mismo no es capaz de rescatar a Fantasia: Su verdadera misión es conseguir que una criatura humana le dé un nuevo nombre a la Emperatriz Infantil. Sólo de esta manera, se podrá recuperar.

Bastián sigue, con mucho interés, las aventuras de Atreyu a cada paso. Sin embargo, se resiste a creer que él pueda, de algún modo, interferir en el curso de "La historia Interminable", a pesar de las fugaces pruebas que se le ofrecen. Él piensa que es muy poca cosa; se considera indigno e incapaz de semejante tarea. Por consecuencia, cuando la destrucción de Fantasia parece inminente, la Emperatriz Infantil en persona arriesga su último aliento para llamarlo. Es en el último momento que Bastián lo comprende y acepta que es él y no Atreyu quien salvará el reino y a la Emperatriz, dándole el nuevo nombre tan desesperadamente necesario: Hija de la Luna.

Como resultado, Bastián entra al universo de Fantasia. La Emperatriz le encarga crear un nuevo mundo a partir de su imaginación y sus deseos. Para ello, le hace entrega del medallón ÁURYN, el símbolo de la Emperatriz en persona, que le dará el poder de la creación sin límites. Así, con el poder del amuleto, Bastián empezará a pedir un deseo tras otro y verlos cumplirse ante sus ojos. Inicialmente, él trata de deshacerse de todas las debilidades que le han atormentado en su vida anterior. Él quiere ser fuerte, valiente, sabio y vivir muchas aventuras. Pero la Emperatriz no le advierte a Bastián que con cada deseo que pida, perderá un recuerdo de su vida pasada.

El muchacho, confundido por una hechicera llamada Xayide, tiene cada vez más ambición de poder, y eventualmente tratará de derrocar a la Emperatriz Infantil como soberana de Fantasia, provocando guerra, desolación y caos. Derrotado y casi demasiado tarde, se da cuenta que deberá ser capaz de reconocer su verdadera voluntad, porque sólo esto le podrá conducir de vuelta a casa. Si falla en esta tarea, permanecerá atrapado en el mundo de Fantasia -sucumbiendo incluso a la locura- pero si tiene éxito, podrá llevar la experiencia que ha reunido en el mundo de Fantasia a su vida en el mundo real, para beneficio de ambos.

Al final, tras haber perdido todos sus recuerdos, es gracias a la ayuda de Atreyu y Fujur que es capaz de encontrar el camino de regreso, a través de ÁURYN. Cuando Bastian vuelve a su mundo, se da cuenta que su padre realmente le quiere y se preocupa por él. Luego acude a la librería; inicialmente con la intención de devolver el libro, pero éste ha desaparecido. Bastian se lo cuenta al Sr. Koreander, quien muestra mucho interés en las aventuras del muchacho -pues resulta que él también ha sido un viajero al mundo de Fantasia-, y le confiesa al muchacho que hay más de un libro y más de un modo de ir y volver.

Personajes
Bastián Baltasar Bux  es el primer protagonista de la historia; es quien encuentra el libro y se dedica a leerlo, escondido en el desván de su colegio.A mitad del libro, Bastián se vuelve un personaje de La Historia Interminable, en Fantasia. Es investido con el amuleto Auryn, que le concede deseos. La Emperatriz Infantil le dice que cuantos más deseos pidiera, Fantasia sería más grande.Pero Bastián no sabe que por cada deseo que pide, enriqueciendo Fantasia, un recuerdo de su mundo real desaparece. Mientras la historia evoluciona Bastián sigue perdiendo recuerdos del mundo real mientras pide deseos en Fantasia. Confundido por la hechicera Xayide, traiciona a la Emperatriz Infantil y ataca la Torre de Marfil, hiriendo de gravedad a Atreyu. Casi sin recuerdos, y sin ellos, sin la posibilidad de pedir nuevos deseos, Bastián pasa por casualidad por la La Ciudad de los Antiguos Emperadores.Se embarca con los Yskálnari a través del Mar de Niebla, pasa una temporada en la Casa del Cambio junto a Doña Aiuola y finalmente pasa un largo tiempo trabajando en las entrañas de las minas del Minroud de Yor, buscando una imagen, un sueño olvidado, que lo ayude a encontrar su Verdadera Voluntad y así volver al mundo real. Con la ayuda de Fújur y Atreyu, regresa al mundo real como mejor persona, capaz de amar, llevándole de las Aguas de la Vida a su padre lo cual era su más profundo deseo. Bastián y intercambian historias de sus aventuras en Fantasia, a lo cual, Koreander revela que una persona puede volver a Fantasia tantas veces como pueda pensar en nombres para la Emperatriz Infantil, y sugiere que Bastián enseñará a otros el camino a Fantasia.

Atreyu  es un joven cazador de la tribu de los "Hombres de Hierba", también conocidos como "Pieles Verdes". Sus padres murieron a causa de un búfalo purpúreo poco después de su nacimiento, de tal forma que es criado por toda la aldea (Atreyu, en fantasio clásico o Gran Lenguaje, significa "Hijo de Todos"). Es a él a quien la Emperatriz Infantil encomienda la Gran Búsqueda, para salvar la tierra de Fantasia, encontrando la cura para la enfermedad que ella padece.

La Emperatriz Infantil es monarca de Fantasia, reside en La Torre de Marfil, palacio en el corazón del reino. Su descripción es el de una niña indescriptiblemente hermosa, no mayor de diez años, a pesar de ser infinitamente mayor que cualquier otro ser. Su cabello es de una blancura nívea, como su túnica, y sus ojos, del color del oro (Uno de sus muchos títulos es " La Señora de los Deseos, la de los Ojos Dorados")

A pesar de que ella es formalmente la gobernante de Fantasia, no interfiere con sus súbditos ni les impone otra obligación que el ser tal como ellos son, sin distinguir entre el bien y el mal, la belleza y la fealdad, siendo así, una Fantasia corpórea, razón por la cual, todos sus súbditos respetan su autoridad. Si ella muriese, Fantasia y todas sus criaturas morirían irremediablemente, pues ella es el corazón de toda Fantasia y todo vive gracias a ella.

Como La Vetusta Morla (una de las criaturas más viejas, sabias y poco sociables de Fantasia) cuenta en una de las aventuras de Atreyu, su edad no se calcula por años en el tiempo ("Ella es mucho más vieja que los seres más viejos de Fantasia [...] o más aún, no tiene edad"), sino por nombres, razón por la cual necesita continuamente que un humano, quien sólo puede nombrarla, viaje a Fantasia. Cuando ella necesita nuevos nombres, empieza a enfermarse, lo que se traduce en Fantasia que la Nada aparezca.
ÁURYN, (siempre con mayúsculas) es un medallón con dos serpientes esculpidas en relieve, una clara y otra oscura, que se muerden mutuamente las colas y con la frase "HAZ LO QUE QUIERAS" en su reverso. Es el símbolo de la Emperatriz Infantil, por lo que los habitantes de Fantasia lo respetan al punto de no pronunciar su nombre, sino que le llaman eufemísticamente La Alhaja , El Esplendor o El Pentáculo. El medallón brinda a su portador protección absoluta, ya que ningún ser de Fantasia se atrevería a atacarle. Cuando lo lleva un ser humano, Áuryn cumple sus deseos hasta llegar a su Verdadera Voluntad. Sin embargo el riesgo es que olvide al mundo real por completo y entonces no pueda volver. Además, al final del libro se rebela que es además el Portal que conecta el mundo de Fantasia y el mundo de los humanos.

Fujur  es un dragón blanco de la suerte, que son de los animales más raros de Fantasia, donde los dragones de la suerte no se parecen en nada a los dragones corrientes. Ellos son criaturas del aire y del buen tiempo, de una alegría desenfrenada, y a pesar de su colosal tamaño, ligeros como una nubecilla de verano. Por eso no necesitan alas para volar. Su cuerpo es largo y flexible, con escamas color madreperla. Sus ojos son de color rubí. Nadan por los aires del cielo lo mismo que los peces lo hacen en el agua. Desde tierra, parecen relámpagos lentos. Y lo más maravilloso en ellos es su canto.Su voz es como el repicar de una campana de bronce. Luego de que Ártax, el caballo de Atreyu murió, Fújur fue quien lo acompañó en la Gran Búsqueda.
Xayide  es una maga o hechicera (que tenía un ojo verde y otro rojo) que vivía en "La Mano Vidente" (un edificio en forma de una mano saliendo de la tierra con ventanas en forma de ojos) antes de ser derrotada por Bastián, para posteriormente ofrecércele como consejera. Sin embargo, sus verdaderas intenciones son sembrar la discordia entre Bastian y Atreyu.

La Historia interminable es un libro que se contiene a sí mismo. En la historia, aparece el libro, en la historia contada dentro de la historia, vuelve a aparecer. Cada vez significa algo distinto. En última instancia, seguir las aventuras de Bastián es seguir las peripecias de uno que es atrapado cada vez más por la literatura. En la primera parte del libro, se narra cómo es que el protagonista comienza a leer, qué es lo que lo fascina de los libros. En Atreyu ve a su ideal imposible.
A medida que Bastián lee, se hace cada vez más evidente que el llamado a darle ese nuevo nombre es él, pero le falta el valor: Lo que Ende quiere decir con esto no es solo lo que parece: Bastián se siente fascinado por sus lecturas, pero su destino no es solo leer, tarde o temprano él mismo se lanzará a la aventura de crear sus propias historias. Esto es lo que simboliza el “darle un nombre” a la Emperatriz. La nada se extiende por Fantasia porque los humanos han dejado de crear historias: ya no sueñan.

Viejo de la Montaña Errante:Este es, tal vez, el personaje más misterioso de la novela, tanto como la Emperatriz misma. Se dice que es el opuesto a esta: ella es una niña, él es viejo. Una pista se da cuando la Emperatriz escala una escalera de letras que lleva a su guarida: “las letras no siempre la trataban bien”. Tentativamente, podría aventurarse esta explicación, simplista: la Emperatriz infantil es la inspiración que hace nacer las historias. El Viejo es el rigor que se necesita para escribir, todo lo que es arduo de la escritura.

El único cometido que se recibe en Fantasia, "haz lo que quieras", no quiere decir que Bastián pueda hacer lo que se le antoje, significa que debe seguir sus deseos hasta que lo lleven a su Verdadera Voluntad. En efecto, nada es más difícil de encontrar en la vida que aquello que realmente se quiere. Nada es más difícil que saber lo que se quiere. Esta es la búsqueda de Bastián por Fantasia.

Se puede interpretar esto de modo nietzschiano. En Nietzsche, el símbolo de la verdadera voluntad, despojada de trabas, es un niño: como Bastián. Pero innumerables obstáculos se interponen en la búsqueda de esta. Y al hacer lo que no se quiere de verdad, se cae cada vez más profundamente en la perdición. Los deseos torcidos de Bastián hacen que olvide cada vez más su mundo natal, cosa que no le molesta, porque de todos modos no quiere volver allá. Sin embargo, el que nada recuerda nada puede desear. Cuando pierda el último recuerdo de su propio mundo, Bastián ya no podrá desear nada. ¿Acaso es una trampa de la Emperatriz Infantil? La regla interpretativa sigue siendo la misma: cuando el autor se pierde en su mundo fantástico, olvidando la “realidad”, ya no puede crear nada. La base para la creación es la propia realidad, no se la puede olvidar.




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